El sistema es tan sencillo como, una vez usada una botella o lata, en lugar de tirar a la basura directamente se deposita en estas máquinas. La máquina detecta el tipo de envases que se ha introducido, verifica que se trata de una botella o lata de un sólo uso o reciclable, y devuelve un ticket canjeable en el supermercado por valor de 25 céntimos de euro. De esta forma el comprador de estos bienes que devuelve el envase no paga el material y sí lo hace quien no lo devuelve, lo que es lo mismo, pagas primero por una parte del producto que si lo retornas se te reinvertirá, de manera que sólo los no recicladores lo acaban pagando.
Leedlo y comentadlo. ¿Creís que es posible adaptarlo?¿es adecuado?¿pensías que existen mejores opciones?¿qué podemos hacer para favorecer su implantación?
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Os dejo la primera parte del mismo:
Supermercado Real de la calle Karl Marx, en el sur de Berlín (Alemania). Clientes acuden a una sala especial con varias máquinas para devolver envases vacíos de cerveza, agua, refrescos... Introducen la botella o la lata usada en una abertura y a cambio reciben un ticket que pueden canjear por dinero en caja: por cada envase devuelto, recuperan 0,25 euros. ¿Se puede implantar algo parecido en España?
Hace siete años que Alemania introdujo este sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) y hoy este país ha alcanzado una tasa de recuperación de estos envases del 98,5%. Ahora, un grupo de entidades ambientales y sociales españolas han creado una nueva organización, Retorna, para reclamar la inclusión de este sistema en España, aprovechando que hay que cambiar la Ley para transponer una nueva directiva europea de residuos. Este post es el resultado de un viaje a Berlín con otros periodistas organizado y financiado por Retorna.
Al introducir la lata o la botella en alguna de las tres máquinas del supermercado Real, un sensor identifica el tipo de envase y comprueba que pertenece al sistema alemán de depósito. Si es así, puede ser un recipiente de un solo uso (que ahora hay que reciclar) o de múltiples usos (que habrá que lavar y reutilizar). En el primer caso, al comprarlo el consumidor tuvo que dejar un depósito de 25 céntimos de euro que ahora le será devuelto. La máquina se traga el envase vacío, compacta el material en su interior e imprime un recibo con el reembolso para el cliente. Si se trata de un envase para reutilizar, el montante del depósito es distinto y la botella pasa a un cuarto contiguo donde se va juntando en cajas con otras del mismo tipo.
“Esto no supone ningún coste adicional para el consumidor”, asegura Maria Elander, de Deutsche Umwelthilfe, la ONG que impulsó la instauración de este sistema de depósitos en Alemania, como ocurre en otros 32 países o regiones del mundo, entre ellos, Noruega, Dinamarca, Suecia, Finlandia u Holanda: “Sólo pagan los que no devuelven el material: el que contamina paga”."
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