El papel de aluminio, también conocido como papel de plata (por su brillo), son delgadas láminas de grosor inferior a 0,2 mm. Se trata de un material sumamente flexible, que puede doblarse con facilidad y es muy maleable. Además posee algunas interesantes cualidades como repeler el calor (si lo introduces en un horno para cocinar luego puedes tocarlo porque no va a quemar. Pero recuerda que no debes meterlo en el microondas) o buen conductor de electricidad.
En España se conoce popularmente como "papel Albal", debido a la marca que se hizo famosa por su comercialización.
El aluminio se extrae principalmente de la bauxita, y su mercado se focaliza en zonas de Caribe, Australia o Brasil.
Debemos ser conscientes de que tanto el proceso de extracción, cómo el aluminio como residuo, son tremendamente perjudiciales para el medio ambiente. Así que, como solemos hacer, os recomendaré primero el uso controlado (por ejemplo, podemos envolver el bocata con papel en lugar de aluminio), su reutilización (normalmente el papel de aluminio, tras llevar un bocata, está perfectamente como para ser reutilizado. Tan solo debes doblarlo, guardarlo y volver a usarlo para el próximo bocata, en lugar de hacer una bola y jugar en el patio!). Finalmente, si estas opciones no han resultado, como última opción utilizaremos el reciclado. El aluminio es 100% reciclable sin reducción de sus cualidades físicas. El proceso de reciclaje del aluminio necesita poca energía (tan sólo un 5% de la energía necesaria para producir el metal primario inicial).
De la serie "Así se hace" de Discovery Channel rescatamos este interesante documental sobre el proceso de fabricación del papel de aluminio. Este metal con múltiples aplicaciones en básico en nuestra vida cotidiana. Pero ¿cómo se fabrica? Veámoslo.
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